jueves, 12 de agosto de 2010

Blog

http://aceleraciondelahistoria.wordpress.com/

miércoles, 14 de julio de 2010

Filantropía - Julio Cortázar



Los famas son capaces de gestos de una gran generosidad, como por ejemplo cuando este fama encuentra a una pobre esperanza caída al pie de un cocotero, y alzándola en su automóvil la lleva a su casa y se ocupa de nutrirla y ofrecerle esparcimiento hasta que la esperanza tiene fuerza y se atreve a subir otra vez al cocotero. El fama se siente muy bueno después de este gesto, y en realidad es muy bueno, solamente que no se le ocurre pensar que dentro de pocos días la esperanza va a caerse otra vez del cocotero. Entonces mientras la esperanza está de nuevo caída al pie del cocotero, este fama en su club se siente muy bueno y piensa en la forma en que ayudó a la pobre esperanza cuando la encontró caída.

Los cronopios no son generosos por principio. Pasan al lado de las cosas más conmovedoras, como ser una pobre esperanza que no sabe atarse el zapato y gime, sentada en el cordón de la vereda. Estos cronopios ni miran a la esperanza, ocupadísimos en seguir con la vista una baba del diablo. Con seres así no se puede practicar coherentemente la beneficiencia, por eso en las sociedades filantrópicas las autoridades son todas famas, y la bibliotecaria es una esperanza. Desde sus puestos los famas ayudan muchísimo a los cronopios, que se ne fregan.

Historias de cronopios y famas - Julio Cortázar

jueves, 1 de abril de 2010

lunes, 1 de febrero de 2010

La partera.



Una dolorosa partera
alumbra las ráfagas
que quebraron nuestras ganas.

Y vivimos todos en la ausencia.

Aun así, apagamos las farolas,
pintamos susurros eternos.

Despertamos más allá.

sábado, 30 de enero de 2010

Como el resto...



El mar agrietó mis pezones,

como si hubieran saciado a la humanidad

y yo

hubiera dejado de ser.


Sentí la suave penetración del vacío;

reminiscencia de tu entrada en mí.

De cada día compartido.


Sueños y negación.


Tu saliva vuelve a mis pechos,

húmedos, por fin,

como el resto de mi cuerpo.



Irene, 2010.



martes, 8 de diciembre de 2009

Labrys



La ceniza nunca quemó
era yo quien ardía
¡Qué lástima!
Dejaron de trepar por mi garganta,
no era hada.

Y, aún así,
se le oía cantar.
Maldito vástago de mi propio útero,
sólo callaría ahogado en sangre.



Irene, 2009.


lunes, 7 de diciembre de 2009

De hadas.



Otra vez huele a oscuridad,
nunca quieta.
No hay vientre tan hondo,
sólo vacío
inútil, frígido.

Otra vez es tarde.
Celebra su fiesta la sal,
siempre acechante como la historia
que sabe doler.

Ya se quebraron las alas.
Sólo entonces renace,
infértil,
pero bañada en sangre.
Y hermosa, al fin.

Verano 2009.